miércoles, 14 de abril de 2010

BUENA NOTA DE LA CERVEZA EN ARGENTINA.

LA CERVEZA EN ARGENTINA
Tratemos de ubicarnos: Cinco de la tarde, verano porteño y el lugar bien podría ser Recoleta, Palermo o Puerto Madero, en Buenos Aires. Dos muchachos jóvenes entre 25 y 30 años, están disfrutando de un par de cervezas bien heladas acompañadas de unos platillos con maníes salados y patatas fritas, lo habitual en estos casos. De pronto dos hermosas muchachas, de esas que le hacen a uno tiritar los empastes, bajan de un auto sport último modelo, también dispuestas a calmar su sed. Miradas, sonrisas, comentarios al oído y los dos muchachos terminan por acoplarse a ellas, disfrutando todos de una Quilmes. "El sabor de la vida."
Esta imagen cliché de los spots publicitarios, tan machacada e incorporada en la mente del consumidor argentino, tiene un origen que podría remontarse inicialmente al siglo XVIII, más concretamente, como señalan los historiadores, en 1744 donde comienzan los primeros intentos para elaborar cerveza en estos rincones del continente americano.
Pero recién el 15 de febrero de 1880, Emilio Bieckert, nacido en Alsacia*, pone a la venta su cerveza y es considerado el primer fabricante en la Argentina de la apreciada bebida rubia descubierta por los egipcios según algunos o por los chinos, a decir de otros.
En 1852 el alemán Otto Peter Bemberg, nacido en Colonia, Alemania, hace su primera incursión por nuestras tierras a los 23 años y se radica definitivamente al año siguiente cuando contrae matrimonio con Luisa Ocampo. Para 1890 da inicio a la actividad cervecera lanzando al mercado, la famosa (para los argentinos) cerveza Quilmes.
Pero vamos a profundizar un poco más en la historia de este hombre que confió en la potencialidad de un país incipiente y en su gente, con una verdadera visión de futuro.
Argentina a partir de 1870 aproximadamente y después de un largo período convulsivo, entra en una etapa de lenta normalización contemplando entre sus objetivos de crecimiento, la apertura a la inmigración europea. Claro que no todos los que llegaron del viejo continente eran profesionales o trabajadores calificados. Por el contrario, mucha gente llegó con una mano atrás y otra adelante, escapando de las terribles hambrunas y guerras con la esperanza de encontrar un lugar que les diera mejores oportunidades para sobrevivir. Y lo consiguieron con muchísimo esfuerzo, cuyos resultados recién se vieron reflejados en sus hijos y nietos, de allí que muchos empresarios, intelectuales y artistas, lleven sangre europea.
Otto Bemberg se había adelantado 18 años a este fenómeno y no era precisamente uno de estos pobres inmigrantes, aunque sí, tuvo la esperanza y la visión de poder radicarse en un país de oportunidades y con la ayuda de sus padres, fundó una empresa dedicada a la importación de tejidos y a la exportación de granos, cueros, lana y charque. Digamos que contaba con un capital ciertamente importante para comenzar sus actividades comerciales, pero estaba claro en sus objetivos que un excelente negocio, sin tener los conocimientos de marketing actual, era el de fabricar cerveza.
El 21 de octubre de 1887, construye un establecimiento dedicado a la fabricación de cerveza en un lugar llamado Quilmes, a 25 kilómetros de la Capital federal y cuya ciudad lleva el nombre de una tribu indígena, los indios Kilmes, originaria de la provincia de Tucumán, que por avatares de la historia, se afincaron al sur de la provincia de Buenos Aires. El 27 de septiembre de 1888, Otto Peter Bemberg y su hijo Otto Sebastián fundan junto con un grupo de inversores, la Brasserie Argentine Sociedad Anónima, con sede en París y con un capital social de tres millones de francos. El 31 de octubre de 1890 comenzó la producción y la venta, empleando la marca que identificaba a la ciudad que con el tiempo, se transformó en sinónimo del producto y en 1901 el grupo inversor pasó a llamarse Brasserie Argentine Quilmes.
Si algo se puede rescatar de aquellos empresarios, no es solo su visión de futuro en lo comercial, sino que muchos de ellos tuvieron un verdadero compromiso social al acoplar a su proyecto, emprendimientos que beneficiaban a la comunidad directa o indirectamente. Digo esto, porque Otto Bemberg en todos sus emprendimientos, - como ya se verá más adelante - tuvo en cuenta el bienestar de su personal. En este caso, construyó un barrio parquizado con escuela, iglesia y un club recreativo para sus obreros y empleados, conocido como el Barrio Cervecero en las adyacencias de la cervecería.
En 1908, puso en funcionamiento una línea de tranvías de carga y pasajeros que hacía el trayecto Quilmes - Barracas (20 km aproximadamente), con lo que benefició a miles de obreros que no trabajaban precisamente en su fábrica e instaló un sistema de aguas corrientes en la propia ciudad de Quilmes, la cual sigue en funcionamiento. Con el crecimiento de su empresa se ampliaron las plazas de trabajo no solo en la ciudad, sino también en el campo y es así que en 1911 importa semillas de cebada provenientes de Europa y experimenta las técnicas de su cultivo logrando producir una cebada de excelente calidad para abastecer a la cervecera que ya no dependerá de las importaciones sino que por el contrario, sus excedentes de producción serán exportados.
Dado el inmediato éxito que tuvo la cervecera de Otto Bemberg y con un sustancial aumento del mercado consumidor de esta bebida reservada originariamente a una minoría, comenzó su expansión adquiriendo instalaciones menores como las Cervecerías Schlau, de Rosario (Provincia de Santa Fe) en 1907, cervecería Palermo en 1912 y a partir de 1915, se construyen las cervecerías del Norte en la provincia de Tucumán, cervecería Los Andes, en la provincia de Mendoza y se modernizan las dos plantas anteriormente adquiridas.
En 1917, en la localidad de Hudson próxima a Quilmes, se inician los ensayos de malteado para lograr producción propia; en 1920 se funda la Compañía Argentina de Levaduras S.A., primer establecimiento en la Argentina dedicado a fabricación de levadura para panificación y para no depender de la importación se construye Coroplas, fábrica de tapas corona. En 1925 el grupo Bemberg amplía sus operaciones llegando a la selva misionera (lindante con Brasil y Paraguay) para construir Puerto Bemberg, un pueblo con casas, iglesia, escuela, hospital, al estilo del barrio cervecero de Quilmes. En su afán por seguir agilizando esta industria, llega en 1937 la primera importación vía aérea de un cargamento de lúpulo, que con el tiempo, también Argentina logró obtener variantes propias con un alto nivel de calidad y entrado los años cuarenta, toda la cerveza era de fabricación enteramente nacional.
Vendrán otras inversiones fuera del campo cervecero como la industria láctea a través de las estancias Santa Rosa, donde se la estructuró con el mismo criterio social que la cervecería y el puerto misionero. Hoy, sin ninguna duda, Quinsa (Quilmes Industrial S.A) es líder en el mercado argentino y en los países limítrofes, a través de asociaciones estratégicas con otras marcas, desarrollando sus propias plantas de producción, además de su presencia en casi todo el mundo.
Algunos datos correspondientes a sus plantas de producción distribuidas por toda la Argentina, nos permite tener una visión global de su liderazgo.
Provincia de Buenos Aires (Quilmes), produce 510.309.278 botellas por año con una capacidad de producción de 5.060.000 Hectolitros por año.
Provincia de Buenos Aires (Zárate), produce 432.989.690 botellas por año con una capacidad productiva de 4.200.000 de Hectolitros por año.
Provincia de Corrientes, produce 151.546.392 botellas por año con una capacidad productiva de 1.450.000 de Hectolitros por año.
Provincia de Tucumán, produce 156.532.200 botellas por año con una capacidad productiva de 1.200.000 Hectolitros por año.
Provincia de Corrientes, produce 195.876.290 botellas por año con una capacidad productiva de 1.900.000 Hectolitros por año.
Quinsa es un holding con base en Luxemburgo, que controla el 85% de Quilmes International Bermuda Itd. El 15% restante pertenece desde 1984 a Heineken International Bier BV, que presta apoyo tecnológico a las compañías del holding. Sus otras marcas de elaboración son: Iguana, Palermo, Andes, Bieckert y Norte.
Esta es la apretada síntesis histórica de la cerveza argentina cuyos verdaderos protagonistas, europeos una vez más, fueron Emilio Bieckert y Otto Bemberg. Lo demás, son detalles.
A partir de los años 90 en que comienza a fortalecerse la política neoliberal del gobierno de Carlos Menem, se produce un paulatino cambio en el panorama cervecero con la incorporación de empresas cuyas marcas habían circulado por los supermercados en calidad de importados. Así aparece la brasileña Brahma, conocida por muchos argentinos en la época del la "plata dulce"*, las alemanas Isembeck y Warsteiner; donde la primera invirtió en el año 1994, 180 millones de dólares para instalar su planta en Zárate (Provincia de Buenos Aires) con una producción anual de 1,5 millones de Hectolitros; Schneider, antigua fábrica en la ciudad de Rosario (Provincia de Santa Fe) pasó a manos de la CCU, un poderoso consorcio formado por capitales chilenos y participación de la Budweiser de los Estados Unidos, las que también poseen la licencia de Heineken.
Por último quisiera dejar aclarado que en este canibalismo empresarial la información que figure en este artículo, mañana puede ser historia.
Fuente: http://www.cerveceriaschlau.com.ar/cerveza_argentina.htm

1 comentario:

  1. AMo la cerveza
    en serio que me encanta
    y desde que con mi novio descubrimos que existe el delivery en Recoleta que nos trae a casa la cantidad que queramos, bueno.. la cantidad de consumo aumento! jeje

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